El Bloody Mary es un cóctel audaz y sabroso, hecho a base de vodka, jugo de tomate y especias como salsa Worcestershire, tabasco, sal y pimienta. Su sabor picante y refrescante, junto con su clásica guarnición de apio o limón, lo convierten en la bebida ideal para el brunch o como remedio para la resaca.
Historia
El Bloody Mary nació en la década de 1920, y su origen más aceptado apunta al bartender Fernand Petiot, quien lo preparó por primera vez en el bar Harry’s New York Bar en París. La receta original combinaba vodka y jugo de tomate, algo inusual para la época. A medida que fue ganando popularidad, se le añadieron ingredientes como salsa Worcestershire, tabasco, sal, pimienta y apio.
El nombre “Bloody Mary” tiene varios posibles orígenes. Algunos lo relacionan con la reina María I de Inglaterra, conocida por su persecución religiosa, mientras que otros creen que fue nombrado en honor a una cliente o figura popular de la época.
Durante el siglo XX, el Bloody Mary se convirtió en un clásico de los brunch y se consolidó como una bebida ideal para la “resaca” debido a sus ingredientes revitalizantes. Hoy es un cóctel icónico, conocido por su sabor fuerte, su aspecto intenso y sus llamativas decoraciones.