Descubre el mundo de la cerveza oscura

Descubre la intensidad y el carácter de nuestra cerveza oscura, con notas tostadas y un cuerpo robusto que cautiva desde el primer sorbo. ¡El equilibrio perfecto entre sabor y profundidad!

Historia

Cerveza Oscura

La cerveza oscura tiene sus raíces en la antigüedad, con las primeras versiones elaboradas en las antiguas civilizaciones de Mesopotamia y Egipto. Sin embargo, su desarrollo moderno comenzó en la Edad Media, cuando los monjes europeos perfeccionaron las técnicas de malteado y fermentación, dando lugar a cervezas más robustas y complejas. Durante este período, las cervezas eran mayormente oscuras debido a los métodos rudimentarios de secado del grano, que generaban maltas con tonos tostados y sabores intensos.

En el siglo XVIII, con la Revolución Industrial, Inglaterra se convirtió en un epicentro de la producción cervecera, destacando estilos como el porter y el stout, caracterizados por su color oscuro y notas de café, chocolate y caramelo. Estos estilos se popularizaron rápidamente entre los trabajadores, ya que ofrecían un cuerpo más nutritivo y sabores profundos. La famosa Guinness, creada en 1759 en Irlanda, consolidó la stout como un referente mundial.

Con el paso del tiempo, la cerveza oscura se diversificó y se adaptó a distintas tradiciones cerveceras en Alemania, Bélgica y otros países. La Dunkel y la Schwarzbier alemanas son ejemplos clásicos de cervezas oscuras suaves, mientras que en Bélgica surgieron variedades más dulces y especiadas. Hoy en día, la cerveza oscura sigue siendo una opción popular, apreciada por su riqueza de sabores y su versatilidad en maridajes gastronómicos.

¿Cómo se produce?

La cerveza oscura se elabora siguiendo un proceso similar al de otras cervezas, pero con la particularidad de utilizar maltas más tostadas, lo que le otorga su color profundo y sus sabores característicos. A continuación, te explicamos los pasos clave en su producción:

  1. Ingredientes: Se usan maltas tostadas (Munich, Caramelo, Chocolate) que le dan color oscuro y sabores a café, caramelo y chocolate.

  2. Maceración: La malta se mezcla con agua caliente para extraer los azúcares fermentables.

  3. Hervido y Lúpulo: Se hierve el mosto y se añade lúpulo, con moderación, para equilibrar el dulzor de la malta.

  4. Fermentación: Se agrega levadura para convertir los azúcares en alcohol y gas, definiendo el estilo de cerveza.

  5. Maduración y Embotellado: Se deja reposar para afinar sabores antes de embotellar o almacenar en barriles.

Así se obtiene una cerveza con cuerpo robusto, aromas complejos y un carácter tostado inconfundible.

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